" HUELLAS "

Con el título de huellas expone Ginés F. Castillo, en esta página, una cincuentena de obras en diversos soportes, adentrándose en la pintura con materiales esencialmente escultóricos (yeso, chapa, fibras, resinas...) interesándose por la materia, a la que confiere una armonía cromática extraña conseguida a base de ácidos, creando un mundo propio de formas regido por cierta ambigüedad entre lo puramente técnico y lo sustancialmente poético.
Si consideramos como huella cualquier vestigio que queda de una cosa en otra, podemos apreciar en la obra de Ginés F. Castillo un triple aspecto: Por una parte la huella que han dejado en su estilo los movimientos informalistas de la última mitad de siglo y que a través de un mosaico de reflexiones e informaciones plásticas nos suscita matices expresionistas y minimalistas. Por otra parte, la huella como procedimiento, a través del cual surge la evocación del objeto ( en este caso una simple grupilla) logrando integrar lo presente y lo ausente en composiciones en las que, a veces, el ritmo surgido de la repetición de las formas, se intensifica aproximándose a lo crispado, provocando creaciones de gran dramatismo expresivo y, a veces, por el contrario, las formas se distribuyen con gran simplicidad estructural dejando paso a obras herméticas, vacías de contenidos emocionales. Por último cabe considerar la huella como la marca que el artista imprime a sus creaciones y aquí cabría citar a Ortega y Gasset cuando dice que lo que más vale del hombre es el instinto de exploración y este aspecto queda reflejado como una constante que se mantiene a lo largo de toda su producción; exploración que le lleva a indagar en la relación de los materiales, los procedimientos y los contenidos con su vida interior, de esta forma los estados anímicos del artista dejan su huella en imágenes plásticas cuyas formas, texturas y colores corresponden a las alteraciones del alma y se integran en una obra de difícil interpretación y de gran calidad estética.





Enrique López Casín.